«La ilusión te hace enamorarte del proyecto»

Nuestro compañero Curro Toledo, diseñador de beon. Creativity, hoy nos habla de «ilusión, esfuerzo y tiempo», los valores que convierten un proyecto, en un gran proyecto.

¿Qué habilidades o capacidades crees que debe desarrollar necesariamente un diseñador?
Realmente yo tengo un perfil muy polifacético y no actúo solo de diseñador. Habitualmente en beon. ejerzo una labor más técnica que de diseño «puro y duro», me encuentro cómodo en el área de producción, me gusta pensar que actúo como enlace entre diseño y producción, siempre ando bregando con planos, medidas de bastidores y AAFF. Es reconfortante ver como se construyen los proyectos diseñados en un equipo tan multidisciplinar como el de beon. Considero importante tener empatía con el equipo, me gusta facilitarle, en la medida de lo posible, el trabajo a mis compañeros. En unos proyectos tan complejos en los que intervienen tal cantidad de perfiles es imprescindible saber oír y hacerte oír para trabajar en pro de la mejoría del proyecto.

¿Cómo describes tu estilo?
Tienes que trabajar con multitud de estilos, tantos como clientes, puesto que no siempre tu estilo personal es el que mejor encaja en el proyecto. Creo más en el diseño honesto que en la lucha de egos personales por imponer un estilo concreto. En mi vida personal, me interesa, en cuanto a corrientes de diseño, el minimalismo y la síntesis y abstracción geométrica.

Realizas trabajos para diferentes formatos ¿qué diferencias hay en la manera de plantearte esos trabajos?
Tengo una larga trayectoria en arquitectura efímera que me ha permitido conocer y adaptarme a muchas tipologías de proyectos, me interesan la creación y distribución de espacios, desde un mitin político, un programa de Tv, un pequeño stand, o un gran evento.

En mi opinión, todos los proyectos se plantean desde el mismo prisma, hay que localizar el foco principal, el actor principal del evento y acentuarlo con la escenografía, sabiendo quién y cómo lo van a mirar. No es lo mismo un congreso, que un stand o un mitin, en los que se necesita retransmitir por televisión y requiere un fondo escenográfico que no reste protagonismo al actor principal, pero sí que lo ubique en un mensaje concreto, que no distraiga la atención del público sobre el mensaje.

En cualquiera de los casos debe quedar claro lo que queremos vender, al fin y al cabo somos una agencia de comunicación, ¿no? Pues el marketing es, como decían los Sex Pistols, «the great rock ‘n’ roll swindle».  ¿Recuerdas cuando Estados Unidos venció la guerra de Irak y derribó la estatua de Saddam Hussein? pues resulta que hay una imagen que se ve una cuerda al cuello de la estatua y lo que parece una «multitud jubilosa derribando la estatua», como resaltaba el titular de prensa, resulta que existe una imagen con el plano más abierto en la que se ve que ni es multitud, ni es jubilosa y que, además, la estatua la está derribando una grúa del ejército estadounidense. Pues eso es el marketing: enfocar, elegir el plano y disparar.

¿Qué convierte un proyecto en un gran proyecto?
La ilusión, el esfuerzo y el tiempo empleado. La ilusión te hace enamorarte del proyecto, el esfuerzo lo hace crecer y el tiempo es necesario para crearlo, madurarlo y poder ejecutarlo lo mejor posible. Todos los proyectos son mejorables, pero claro , el tiempo es finito y más en este trabajo, donde tenemos unos plazos muy ajustados.

¿El creativo se hace o se nace?
Una mezcla de ambas opciones, lo veo como aquella campaña de neumáticos con el claim «La potencia sin control no sirve de nada», algo muy creativo que no es útil o no funciona, no sirve de nada. Pienso que es más honesto algo que sirva para lo que se ha pensado sin ocultarlo entre alardes y estridencias. «Ornamento y delito» decía Adolf Loos.