De la RSE a la responsabilidad en la organización de eventos

Que una empresa sea socialmente responsable no solo se refiere a que tenga unos valores, una misión y una visión que vele por los intereses que van más allá de la estrategia de la empresa. La responsabilidad es el futuro de toda organización.

La responsabilidad social empresarial es el compromiso por parte de las empresas a cumplir con los principios éticos en relación con los estándares internacionales en materia social, ambiental y económica. Consiste en dar un impulso a los valores de la empresa y unir la rentabilidad empresarial con la responsabilidad corporativa. Un elemento útil y eficaz, que mejora el modelo productivo de las empresas, uniendo los criterios de eficiencia, sostenibilidad y prosperidad, con el añadido valor de la igualdad, la diversidad, respeto, etc.

No solo eso, si no que se basa en una estratégica WIN-WIN-WIN en la que la empresa, las personas y la sociedad salen ganando. Las empresas que apuestan por esta fórmula de negocio mejoran su imagen ante los empleados, clientes y accionistas, son empresas más competitivas, capaces de generar nuevas oportunidades de negocio y, de alguna manera, terminan por conectar mejor con el consumidor.

Sobre esta base nos podemos preguntar ¿si una empresa es sostenible, sus productos y servicios también lo son? En la industria de los eventos intervienen muchos elementos a la hora de organizar un evento. Hablamos de producción, carpintería, diseño, catering, logística, comunicación, etc. Por ello, hablar de responsabilidad social también en los eventos, hoy en día, se ha convertido en una necesidad.

Un evento responsable es una idea innovadora. Es el momento en el que nos comprometemos a través de una acción, al mantenimiento del entorno, al uso de materiales naturales y al consumo responsable. Hablar de eventos responsables es hablar de una nueva estrategia empresarial. Es hablar de impacto social.

Este tipo de eventos conllevan una preparación mucho más dificultosa y detallada, para que los resultados sigan siendo de la máxima excelencia. Esta reflexión nos puede llevar a una dicotomía: Un evento responsable no tiene por qué ser más barato, pero tampoco más caro.

Añadir el apellido “responsable” a los eventos es una decisión de concienciación. Todos los que trabajamos en esta industria nos dedicamos proponer acciones de comunicación, pero debemos buscar la manera de que estas acciones, se presenten en el formato que se presenten, sean generadoras de conciencia social.

Para ello, podemos trabajar sobre un manual de sostenibilidad de eventos a través del cual se verifique que se están poniendo en práctica todos los requisitos para construir un evento sostenible. El objetivo final será dejar un legado beneficioso para la comunidad y su entorno. Dicho esto es hora de minimizar nuestros impactos, sin dejar de maximizar nuestros resultados.

Para que el evento sea sostenible, simplemente hay que realizar una buena planificación del mismo, tomar las medidas adecuadas y, a partir de ahí, evaluar si verdaderamente cumple los requisitos. En los eventos producimos una gran cantidad de residuos, tanto de materia orgánica como reciclable, si lo que queremos es mejorar nuestro impacto debemos seguir las tres Rs: reducir, reutilizar y reciclar. También podemos reutilizar materiales darles otros usos y saber separar y reciclar los residuos que no se puedan reutilizar.

El agua y la energía también son factores fundamentales en la organización de un evento. Se necesita energía para casi todas las actividades, por lo que debemos hacer un consumo responsable aprovechando la luz solar disponible, utilizar fuentes de energía renovables, etc. Al igual que la movilidad que juega un papel clave, dado que un evento atrae a una gran cantidad de gente debemos fomentar el uso de bicicleta y del transporte público, así como garantizar el acceso a personas con movilidad reducida.

Algunos eventos, sobre todo los realizados en el exterior, pueden tener un impacto tremendo en el entorno natural, por lo que también debemos seguir unas medidas de seguridad.

Pero seguir todas estas pautas no es solo un trabajo de las empresas que nos dedicamos a este sector. Los proveedores y los clientes deben ser nuestros máximos aliados, implicados y compañeros de viaje. En nuestra labor está crear esa conciencia entorno a ellos, para que apuesten por la organización de este tipo de eventos, siendo conscientes de que no resta, sino que aporta nuevos valores que van más allá de un retorno económico. Aporta grandeza a la marca.

Una empresa que confirme que todos sus eventos son responsables será líder en todos sus paradigmas. ¿Te comprometes a que tu próximo evento sea socialmente responsable?