Eventos más inteligentes, visuales y potentes

La escenografía es uno de los elementos más importante en la organización de eventos, una parte esencial que otorga al evento un valor diferencial y que, con el paso del tiempo, será recordada por todos sus asistentes. Se consideran espacios con significado, la transformación de una idea o concepto que cobra vida en un espacio y que tiene la capacidad de comunicar al espectador.

A la hora de diseñar una escenografía, como idea principal, debemos conocer a la perfección el mensaje que queremos transmitir a nuestros usuarios, para dar con la puesta en escena del éxito. El proyecto diseñado debe ser impactante, así lograremos que nuestro público no desconecte de la escena.

Para mejorar esta experiencia, podemos atraer e interactuar con nuestro público a través de la incorporación de recursos audiovisuales. Estos juegan un papel imprescindible, aportan grandes dosis de originalidad, utilizan las últimas innovaciones en tecnología y dan vida a la ambientación y decoración del espacio. La luz también juega un papel importante en la escenografía. Un buen juego de luces ayudará a potenciar en cada momento el mensaje a trasmitir en un determinado espacio. A partir de la luz, la escenografía aportará nuevos significados al espacio.
Vivimos en una nueva era de integración tecnológica. Un proceso que llega acompañado de la innovación y de nuevos medios para mejorar la experiencia de los asistentes. Gracias a este desarrollo, se ha dado lugar a la organización de eventos más inteligentes, visuales y potentes.

La utilización de pantallas interactivas de alta definición junto con el desarrollo de la imagen digital, crean atmósferas y espacios únicos. Esta interacción tecnológica ofrece dinamismo al evento, llenándolo de atractivo visual de cara al espectador.

Para la celebración de los ‘Premios Eficacia 2018’, acto en el que se premiaron a agencias y anunciantes, diseñamos y producimos su escenografía. Una escenografía compuesta por dos pantallas, una trasera y otra delantera, que dialogaron entre sí. Como resultado un espectáculo lleno de luces, mensajes y bailarines, donde la luz fue la protagonista de la puesta en escena. Un recurso escenográfico que permitió la interacción de los artistas con las imágenes proyectadas sobre las pantallas.