El evento, clave en la estrategia de marketing

Estamos de acuerdo en que una estrategia de marketing define qué objetivos queremos alcanzar, cómo los vamos a conseguir, a través de qué medios, en qué canales y con qué formatos. Dentro de esta estrategia, el evento surge como una herramienta para alcanzar las metas y los retos establecidos por el cliente. Una opción que, sin duda, permite aumentar el reconocimiento de una marca y puede establecer vínculos más estrechos y emocionales con sus consumidores, clientes o empleados, en función del tipo de evento planteado.

La organización de eventos dentro de cualquier estrategia de marketing ofrece mejorar los resultados directa o indirectamente, ya que en ningún caso se trata de una acción aislada. Es una herramienta que se tiene que comunicar e interrelacionar con el resto de las acciones de marketing que se engloban en la estrategia.

Por lo tanto, partiendo de que una estrategia representa el conjunto de acciones, no debemos perder de vista tres pilares fundamentales a la hora de incluir el evento como elemento clave: ENTRETENIMIENTO, EMOCIÓN Y EMPUJE. Y por ende, para que un evento sea un éxito, debe existir equilibrio y armonía entre estas tres partes.

Plantear y llevar a cabo un evento supone un refuerzo positivo para la estrategia, teniendo claro que el evento no debe ser planteado con fines comerciales, sino como un medio para posicionar un producto o una marca. Por ello, una de las máximas es asociar experiencias memorables a una marca para que creen emociones que perduren en la memoria del consumidor. A través de la elección de un formato adecuado, en función del tipo de evento, lograremos que el usuario conecte de forma rápida con la marca y se identifique con ella.

Así, el evento potencia la notoriedad de una marca, mejorando su imagen y ganando posicionamiento en el sector; genera leads, para interactuar con clientes y potenciales clientes acelerando el proceso de obtención de leads; conecta con el cliente, generando engagement emocional con los asistentes; y trabaja el networking, para realzar las relaciones en un ambiente que propicie la comunicación y la interacción interpersonal y grupal. Sin dejar de lado el entretenimiento y la emoción, como dos de los elementos que nos ayudarán a definir el evento y actuarán como gancho para posicionar la marca.

Por último, y no menos importante, cerrar con broche de oro nuestra actuación haciendo un seguimiento de los resultados del evento, con el fin de valorar el retorno de la inversión realizada, los objetivos alcanzados y, porque no, trabajar el comienzo de una relación personal con la marca.

Tim Ott, beon. Events General Director.