Cómo comunicar a través de espacios experienciales

Si el contenido es el rey, el espacio deberá ser el reino en el que transcurran las experiencias que ofrecemos a los asistentes a un evento. Se trata de transformar los eventos en auténticos espacios emocionales, siendo este un término que engloba infinitos matices.

Estos espacios emocionales o experienciales tienen un único objetivo: provocar sentimientos y emociones en el consumidor asociándose a una marca en concreto, con el fin de crear un engagement o relación entre ellos. Nos referimos a los eventos 360 grados, que toman forma gracias a la combinación de numerosos elementos como los juegos de luces, la decoración, los colores, el diseño o la personalización de elementos.

Para crear este tipo de evento debemos involucrar los 5 sentidos, crear experiencias holísticas, personalizadas y caracterizadas para transmitir los valores de una marca. Sin olvidarnos de incluir actividades tecnológicas que nos permitan implicar emocionalmente al asistente y nos permitan recrear un evento de carácter interactivo.
En este tipo de eventos buscamos actividades inmersivas que generen impacto y expectación en el cliente. Algunas marcas así lo han entendido, y han visto una oportunidad para extender y trasladar sus vivencias, en un intento de diferenciarse del resto, conectando con el consumidor y logrando esa aproximación a su público objetivo.

Estas experiencias deben generar engagement emocional con todos sus públicos: prescriptores, medios de comunicación, clientes, proveedores y empleados, y deben perdurar en la mente del asistente.
Con esta tipología de evento no solo se beneficia a la marca, ya que permite la relación entre usuario y marca, aceptando las emociones que surgen entre ambos; sino que también beneficia al asistente, ofreciéndole momentos únicos creados especialmente para él.

La clave está en preguntarse ¿qué debe hacer el usuario para despertar esa emoción? Y aún más importante ¿qué papel jugará la marca en esa experiencia? A partir de aquí se pueden desarrollar muchas acciones que ayuden a un cliente a crear esos espacios emocionales.

Partiendo de que el evento cobra cada vez más protagonismo en las estrategias de comunicación y de marketing, este debe aportar un valor añadido que le permita diferenciarse de la competencia y de los eventos de carácter más clásico. Si queremos alcanzar los objetivos de una marca, debemos responder a una simple pregunta ¿qué quieres que transmita una marca?

En este sentido, las actividades se deben apoyar en herramientas tecnológicas como la realidad aumentada o la realidad virtual, que lleven al espectador a su punto más álgido. Una acción que promueva que el cliente recuerde mejor la marca y la asocie a una experiencia concreta. En este sentido, el neuromarketing es una de las herramientas que mide como afecta a nuestra percepción y las reacciones que provocan en nosotros algunas activaciones de marca.

Tim Ott, beon. Events General Director