«Lo esencial» en la industria de la publicidad

Empezamos el 2019 corriendo. Todo pasa a una velocidad de vértigo y, tanto en nuestra vida profesional como personal, nos vemos continuamente amenazados por “perder el tren”: cógelo ya, no te lo pienses, si no lo haces tú lo hará otro.

Tenemos a nuestro alcance avances tecnológicos y herramientas digitales con los que no podríamos soñar hace pocos años. Han llegado a nuestras vidas y están aquí para quedarse, supuestamente para facilitárnosla, pero… ¿siempre?
Es la sociedad en la que vivimos, y no se trata ni mucho menos de denostar todo lo que la era digital y las nuevas tecnologías nos aportan, que es mucho y, en la mayoría de los casos, muy bueno. No se trata de proclamar que “todo tiempo pasado fue mejor”, porque no es cierto.

En nuestro caso vivimos en la profesión de las prisas, dentro de la sociedad de las prisas. Concursos, entregas, propuestas, deadlines, etc. No es nada nuevo, siempre ha sido así. Pero ¿hasta qué punto todos estos avances, que se supone que están aquí para ayudarnos, nos empujan en realidad a un ritmo todavía más frenético? ¿Y cómo afecta este ritmo al ejercicio de nuestra profesión?

¿Podemos conectar con una masa cada vez más importante de consumidores que reclaman una vuelta al privilegio de contar con tiempo, a través de tendencias como slow life, slow food, etc., si no somos capaces de experimentarlo?
Parece que disponer de tiempo y volver a lo esencial es un lujo que hoy en día no nos podemos permitir. A nuestro alrededor pasan tantísimas cosas a las que podemos acceder de forma tan rápida y sencilla, que parece imperdonable el no estar al día de todas ellas.

Nuevos perfiles, herramientas digitales, modelos de agencia o nuevas tecnologías están ahí para ayudarnos a ofrecer mejores soluciones a nuestros clientes, pero no pueden desviarnos de lo que es esencial en nuestra profesión: ideas, estrategia y servicio.

Yo al 2019 le pido que no nos olvidemos de dedicar tiempo a lo esencial: a los briefings, a las ideas, a los equipos, a la formación, a entender a los clientes, a ponernos en su piel, y en la de sus consumidores.

¡Ya os contaré el año que viene si hemos sido capaces!

María Miras, directora de beon. Communication